lunes, 2 de julio de 2012

HONORARIO PROFESIONAL DEL CORREDOR

LLAMA LA ATENCIÓN QUE LA INMENSA MAYORÍA DE LOS CORREDORES Y CORREDURÍAS DE SEGUROS NO UTILIZAN LOS HONORARIOS PROFESIONALES COMO UNA MANERA DE AUMENTAR SU FACTURACIÓN. PIERDEN UNA GRAN OPORTUNIDAD.

Quizá el motivo es que no se ha caído en la cuenta de que se está perdiendo una fuente de ingresos importante. Tal vez es que no se sabe cómo hacer uso de los mismos. Pero el empleo de los honorarios profesionales en el contexto de un negocio de corredor o correduría de seguros supondría un aumento en cantidad y en calidad para el mismo.

Las modificaciones en la ley de mediación de seguros privados han estado orientadas, sin duda,hacia la potenciación del papel del corredor o correduría de seguros en el mercado asegurador. Las entidades aseguradoras, según se puede deducir de esta legislación, tienen que comportarse como entidades financieras y velar por su capitalización y sus intereses patrimoniales. La distribución es cosa del mediador de seguros que, en menor o mayor medida, debe velar por los intereses de los clientes.

En este contexto, el corredor de seguros se convierte en el regulador del tráfico en el sector asegurador. No es sólo, el profesional más independiente de dicho sector y el, por lo menos a priori, más cualificado. Es también, alguien capaz de conectar con las necesidades de los clientes y potenciales clientes y dirigir la oferta de las aseguradoras hacia ellos.

Lo que ocurre es que el corredor de seguros tiene que pensar (hoy todos estamos obligados a ser creativos), qué servicios concretos puede ofertar que sean minutables. Sin duda, los que tengan que ver  con el asesoramiento, pero qué, cómo y cuándo es lo que hay que solventar. La idea es la de convertirse en gerente de riesgos externo de la empresa.  Pero esto hay que concretarlo, vestirlo y venderlo.


Desde aquí auguramos mucho porvenir al corredor o correduría de seguros que constituya un departamento de empresas (el cliente particular es diferente) basado en el asesoramiento y en el honorario profesional. Recomendamos, incluso, plantearse la posibilidad de suprimir el comisionamiento llegado el caso. Al final, la profesionalidad basada en el asesoramiento redundará siempre en beneficio de quien lo ejerce y es la mejor medida para distinguirse en el mercado y fidelizar clientes.

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