En unas jornadas de emprendedores en la Universidad de Alicante (España) coincidíamos los ponentes en que un negocio debe empezar cuando ya tiene una mínima demanda. En nuestro círculo de relaciones es fácil testear si lo que vamos a ofrecer le puede interesar a alguien (y si alguien conoce a alguien....a quien pueda interesar). Con ello, nos garantizamos un buen arranque para nuestro proyecto.
Pero esta política de asomar el producto al mercado para que surja la demanda y tire del proyecto, es interesante de mantener en el tiempo. Es el llamado sistema de crecimiento PULL. Y lo diferenciamos de aquellos negocios donde el emprendedor confía en que la demanda, al final, surgirá, compensando los gastos fijos y variables del proyecto, en el denominado sistema PUSH.
La experiencia y la observación nos dicen que, si esta diferenciación entre dos tipos de negocio, la hubiésemos tenido más presente, mejor nos habría ido a la hora de emprender. Y hablamos también desde nuestra propia experiencia.
El CRECIMIENTO PULL es el impulsado por la propia demanda y las condiciones del mercado, que tiran del negocio y el CRECIMIENTO PUSH es el que impulsa el propio deseo de crecer o abordar el mercado.
Gracias por la inspiración de este post a Manuelo Ricardo Sáenz Salcedo y su blog
http://cambiosorganizacionalesypersonales.blogspot.com/.
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