jueves, 24 de enero de 2013

UN NUEVO CAMINO


EN UN MOMENTO COMO EL QUE VIVIMOS ES IMPORTANTE NO CAER EN EL ESCEPTICISMO Y SABER QUE OTRO MUNDO ES POSIBLE. EXISTEN EJEMPLOS COMO EL DE YUNUS, QUE DEMOSTRÓ QUE EL DESARROLLO DE LOS PAÍSES POBRES AYUDARÍA A LA ECONOMÍA MUNDIAL A DESARROLLARSE. 


Con la idea del microcrédito, Yunus consiguió sacar de la pobreza a más de cien millones de personas en el Tercer Mundo. De alguna manera descubrió una ineficiencia del Capitalismo, que no concede créditos porque no los pueden avalar a personas plenamente productivas.

Cien millones de personas que han dejado de ser pobres y ahora tienen capacidad de producir y consumir suponen un gran empujón a la economía circundante. Y todo porque a Yunus se le ocurrió poner en tela de juicio las verdades absolutas de un sistema caduco.

Estamos en crisis, y como una vez oí, "sin crisis no hay avances". Es el momento de diseñar la economía que queremos para el futuro porque el sistema acaba de caducar. Es el momento de afrontar de una vez por todas que los problemas son globales y afectan a toda la Humanidad. Y de paso que en la salida de la crisis, nos apoyamos en China y en los BRIC, quizás sea el momento de llevar el desarrollo también a África y de buscar manera de que ellos nos ayuden a desarrollarnos.

Hacen falta idiomas, por supuesto, dominio de Internet y Redes Sociales, voracidad a la hora de buscar ideas, modelos de éxito, espíritu analítico para descubrir porqué ciertas ideas han funcionado y otras caen. Estamos en la era del conocimiento y hay que utilizarlo. 

Entender lo que pasa es importante. En España entró dinero por el crédito que a la economía española le concedieron los bancos alemanes después de un buen período económico y nuestra entrada en el Euro. Éramos nuevos ricos y nos echamos de cabeza a la especulación inmobiliaria. Creamos una burbuja y el sistema reventó (aconsejamos ver en Youtube el vídeo Españistán). Nos retiraron el crédito, y la burbuja reventó. 

Se nos ha ido el dinero y nos quedan viviendas vacía. Tendremos que:

- traer dinero del extranjero, dando prioridad absoluta a la exportación

- bajar los precios y trabajar mucho el "low-cost"

- pelear en los sectores punteros, que incorporan tecnología y creatividad

- estrechar lazos con Hispanoamérica, un continente BRIC.

- aprender portugués en los colegios de las comunidades autónomas que no tengan una segunda lengua (es muy fácil de aprender y Brasil va a ser una potencia mundial cuando terminen mundiales y olimpiadas).

- y salir a pelear, con carácter combativo asumiendo las mismas reglas que asumen los demás, porque los atajos no llevan a nada bueno, como se está viendo con toda la corrupción que estamos sufriendo.

Y, como se dice, valor y al toro, cuanto antes arranquemos, antes llegaremos.



miércoles, 23 de enero de 2013

TURISMO DE HABLA INGLESA EN EL LEVANTE


SI DOMINÁSEMOS EL IDIOMA INGLÉS EN LAS ZONAS TURÍSTICAS DEL LEVANTE, PODRÍAMOS PELEAR POR CONSEGUIR LA CLIENTELA BRITÁNICA. PODRÍAMOS ATRAER UN NUEVO MODELO DE TURISMO, EL IDIOMÁTICO Y TODO ESTO NOS AYUDARÍA MUCHO A LA HORA DE EXPORTAR.


Me llama la atención, cuando por motivos de trabajo tengo que acudir a algún punto de la costa alicantina, ver cómo hay sitios donde me encuentro uno tras otro, con muchas personas que no hablan castellano. El inmigrante de origen británico, sobre todo, no realiza demasiados esfuerzos por aprender la lengua de Cervantes, o por lo menos eso creemos.

Que eso nos sirva de excusa para no hablar nosotros bien inglés, no tiene sentido. Sería como si sólo quisiésemos clientes que fueran aficionados de nuestro equipo de fútbol. Quizás no hablan otro idioma porque no lo necesitan mucho. Quizás aprender castellano sea para ellos tan difícil como para nosotros aprender inglés.

Y cuando vienen atraídos por nuestras costas o nuestro clima se mueven por sitios de habla inglesa. Si uno acude a estos comercios o establecimientos de habla inglesa, localizados en lugares como Benidorm o Denia, se encuentra con que el comerciante tampoco habla nuestra lengua.

Da la sensación de que se trata, y no hablo más que desde un punto de vista estrictamente económico, de producto interior bruto británico, realizado en suelo español.

El problema de lo que estoy apuntando no radica en las costumbres de este tipo de turista, muchas veces afincado, que son totalmente legítimos. Lo que quiero remarcar es que, aunque sea llevado por la curiosidad, el ciudadano británico acudiría más regularmente a establecimientos nacionales (españoles, me refiero) si en dichos establecimientos se hablara el inglés de forma correcta. 

Hoy por hoy podemos decir que sólo en los hoteles suele haber alguien con dominio amplio de idiomas. Si ocurriese lo mismo en supermercados, restaurantes, cafeterías, boleras, gimnasios, tiendas de ropa, etc., toda esta gente de origen británico nos podría comprar a nosotros.

Podríamos ir a ofrecerles nuestros servicios exactamente igual a ellos que a cualquier otro residente en nuestras ciudades. Y todo ello representaría una importante entrada de divisas. Algo vital a día de hoy.

Además, si nos relacionásemos con ellos, solucionando el idioma como con cualquier otro cliente, podrían surgir afinidades y también amistades. De esta manera, resultaría fácil animarles a aprender castellano, segunda lengua en importancia de Occidente. Asimismo, podríamos también, si se realiza de forma generalizada, potenciar el turismo idiomático, es decir venir a España como nosotros vamos al Reino Unido a aprender un idioma.

Y por supuesto, el idioma internacional de los negocios es el inglés, y dominándolo en el mercado interior tenemos más fácil salir a buscar clientes a cualquier país extranjero.