EL MODELO DE MEDIADOR DE SEGUROS NO SE AFIANZÓ EN TIEMPOS DE BONANZA ECONÓMICA. Y AHORA, EN PLENA CRISIS, PAGA LAS CONSECUENCIAS DE ELLO.
Si aprendiéramos, cuando todo va bien, a prevenir, sin dejar de disfrutar de la bonanza, otro gallo nos cantaría. En la vida hay picos y valles, y, como he leído recientemente, en nuestros picos somos responsables de nuestros valles y viceversa.
Me comenta un amigo de por esos lares, que en Escocia, una persona no visita varios corredores de seguros para ver quién le hace la mejor oferta. Acude a uno de ellos, quien, además de mirar por el mejor precio para él, le realiza un estudio detallado de las características de cada modalidad aseguradora. La profesionalidad de este mediador de seguros está tan valorada que un particular, al igual que no acude a varios médicos por una enfermedad, no va a varias corredurías.
La Ley 26/2006 de Mediación en Seguros Privados pretendía crear en España ese tipo de mediador tan acreditado. Para ello obligaba a adoptar una serie de medidas a los corredores de seguros que podían presentarles ante el público como un profesional altamente cualificado y sobre todo imparcial y objetivo procurando cobertura a sus clientes.
Pero, la experiencia dice que la actitud de la banca y de las leoninas líneas telefónicas de aseguramiento no hacen ningún bien al sector. El negocio bancario no es un negocio asegurador y si la banca quiere trabajar en el sector, que abra marcas especializadas en el mismo que trabajen en competencia leal y profesional con el corredor de seguros tradicional. Lo que no deben hacer es mandar el mensaje de que ellos saben tanto de seguros como los propios mediadores cuando para ellos, exceptuando momentos de crisis, éste ha sido un negocio absolutamente secundario.
El corredor de seguros debe saber que, para abrirse paso en este sector, tiene que ser el mejor, y competir incluso con la banca. Pero la banca no debe usar una marca bancaria para hacer demagogia con sus clientes y enviarles el mensaje de que con ellos estará tan bien atendido o mejor que con el mediador de seguros profesional. Esto va en contra de la profesionalización de este sector.